Escuela parte 2: La secundaria
Esta etapa de mi vida se vio muy afectada por problemáticas que en el pasado preferí no afrontar en su momento y fueron acumulándose hasta desencadenar la serie de padecimientos que tuve en estos tiempos. Pese a ello fue un momento de realización para mí en donde considero, me volví más consciente de lo bella que puede llegar a ser la vida, si se sabe lo que se tiene y lo que uno puede llegar a ser capaz de hacer si se determina a ello.
Desde grado sexto a comienzos de octavo tuve una de las mejores compañías, o así lo sentí en su momento, conocí dos amigas increíbles, con las cuales pasé mis altibajos y asi vez yo estuve para ellas en los momentos buenos y malos, conservan una parte muy bonita de mi corazón, aunque mi relación con ellas se haya deteriorado más adelante. Sus nombres eran Mafe y Nikole.
Mi desempeño académico se mantuvo óptimo, pero comencé a experimentar síntomas de ansiedad social, al parecer consecuencia de la pandemia; sin embargo, mantuve el diagnóstico en secreto para afrontarlo por mi cuenta sin necesidad de que hubiera algún tipo de trato especial ni nada parecido, lo cual no me parecía agradable. Al final funcionó, comencé a ser más abierta y me ayudo a salir de mi zona de confort, la cual era principalmente pasar tiempo con mis mejores amigas. A partir de este momento en mi vida y la decisión que tomé, cada una tomo su rumbo, y nos dimos cuenta de que por pasar demasiado tiempo juntas haciendo exactamente las mismas cosas, nos había limitado en el mejor momento de nuestras vidas.
Comenzamos a descubrir habilidades que yacían ocultas, en mi caso resultaba ser buena escuchando y dialogando en algunos casos, sobre todo cuando se trataba de temáticas sociales o humanas, hasta históricas, me ayudo a elegir una nueva vocación, además conocí muchos nuevos amigos y gente nueva que aporto nuevas visiones a cada uno de los temas que me afrontaba en mi rutina.
Aún sigo en contacto con Mafe, y tengo una excelente relación amistosa; sin embargo, ambas estamos y estuvimos de acuerdo en que fue una buena decisión tomar distancia durante nuestro último año de secundaria, porque mostramos nuestras mejores facetas individualmente, y así mismo nos complementamos en nuestras interacciones.
Esta etapa también estuvo muy empapada por el amor a la música, empecé formalmente a tocar el piano y más adelante el saxofón, específicamente el tenor para la banda de marcha del colegio, en la cual cree vínculos no solo amistosos sino que de aprendizaje, en donde comprendí que estos ejercicios requieren mucho más esfuerzo y sacrificio de lo que superficialmente parece. Fue una etapa maravillosa para mí en donde orgullosamente puedo decir que aproveche cada momento, cada error y cada nueva experiencia para avanzar y aprender para pasar a la siguiente etapa de mi vida, con toda la actitud y abierta a nuevas oportunidades de seguir aprendiendo y creciendo.